
Los carburantes líquidos mantienen su papel estratégico en el transporte y la industria, según el “World Energy Outlook 2025”.
El más reciente World Energy Outlook (IEA, septiembre 2025) indica que la demanda global de diésel y gasolina crecerá a un ritmo promedio del 1,2 % anual hasta 2030, especialmente en regiones donde la electrificación del transporte aún enfrenta limitaciones estructurales.
En Europa, pese al avance de los vehículos eléctricos, el diésel automotor y el gasóleo B para flotas profesionales continúan siendo pilares logísticos. España, Polonia y Estonia registraron un incremento interanual del 3,8 % en consumo industrial, impulsado por el auge de la distribución marítimo-terrestre.

Expertos señalan que las empresas que logren optimizar su cadena logística —mediante almacenamiento inteligente y diversificación de orígenes— serán las mejor posicionadas para capitalizar la estabilidad del mercado.